domingo, 13 de julio de 2014

Antes de dormir

-¿Cómo se llama este lugar?
-Ra’lla*.
-¿Cómo?
-Ra’lla.
-¿Cómo escribes eso?
-R-A-‘-L-L-A
Señaló al cielo, nunca había mirado al cielo, cómo nunca había mirado al cielo: era morado. Al verlo me congelé, no quería dejarla ver que estaba impresionado, esto debía ser normal para ella, cambié el gesto con la vista fija arriba, una vez compuesto volví la cara hacia ella. Ahí estaba esa sonrisa misteriosa, una mezcla de seriedad madurada en años duros con esa picardía resiliente.
-¿Cómo sabes que no soy de aquí? ¿Sabes de dónde vengo?
Su gesto cambió, me miró con sospecha, como si no tuviera derecho a hacer esa pregunta. En ese preciso momento dejé de verla con los mismos ojos, quién se creía. Noté cómo su acto misterioso no era más que una forma de dominarme, acaso había notado mi interés en ella y simplemente estaba aprovechando para sentirse importante. Decir “no te preocupes, las cosas se van a dar de tal forma” o algo por el estilo, ¿realmente era algo de qué jactarse? Perfectamente podía ser simplemente una niña tratando de vivir en una dimensión fantástica por no poder afrontar las limitaciones de la realidad. Me la imaginé esperando sucesos a su alrededor, simplemente contemplando, maravillada, si nadie podía saber qué esperar, la única forma de sobreponerse era no esperar nada. Y eso era algo que ella sabía hacer bien.

Se quedó mirándome fijamente.
-Roberto, yo vivo aquí. De dónde vengas y dónde estás ahora no tiene ninguna importancia.
¿Qué había querido decir con eso? Esa era su respuesta, en realidad no me lo esperaba. Esperaba que me dejara en suspenso nuevamente, sin embargo todo lo que hizo fue restarle importancia a lo que para mí significaba un viaje interdimensional. Era cierto que su respuesta me había dejado perplejo, pero no confirmaba mis suposiciones, si eso era lo que quería, su respuesta no era ni obvia ni absurda, es más, me había dejado perplejo precisamente que no fuese ninguna de ambas.
-Tú me hiciste una pregunta que tiene una respuesta muy obvia, ¿no?
-Es cierto.
-¿Soy el único que ha venido aquí?, ¿Hay alguna razón?, tú sabes la respuesta a cualquiera de estas preguntas Roberto, me parece que te das cuenta de que todas estas preguntas se responden por sí mismas.
Era cierto, no habría motivo para preguntar si ella lo sabía, no había motivo para preguntar si era el único, no había motivo para preguntar por una razón, más que el dar por hecho que la respuesta a todas estas preguntas era la misma afirmativa.
-Pero entonces, Calia,  tú sabes algo, a fin de cuentas.
-Yo sólo sé que hay algo más allá de Ra’lla.




*[Rala]

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