martes, 10 de julio de 2018

Cirrila

La cirrila es una enorme culebra lanuda, de aspecto ligeramente chato, aunque antes de la esquila aparenta mayor redondez. El abdomen está cubierto por blancas escamas suaves, mientras que el lomo de cuero está cubierto por espesa lana de color dorado pálido. Un adulto promedio puede medir alrededor de diez metros de longitud, aunque también se han documentado ejemplares de casi veinte metros, y su peso suele alcanzar poco más de una tonelada. Este reptil herbívoro ha convivido con humanos desde tiempos ancestrales, estableciendo, en muchas sociedades, relaciones de mutua dependencia. Por su carácter descuidado y curioso resulta presa fácil de depredadores en la naturaleza, de manera que se la encuentra casi únicamente en cautiverio. La cirrila suele ver al humano como líder de la manada, a quien sigue entendiendo que es el responsable de velar por la protección del grupo. En el intercambio, la actividad ganadera se beneficia del animal obteniendo lana y leche. También es frecuente encontrarlas como animales de compañía en familias muy pudientes, por su temperamento amistoso y delicado, aunque es necesario disponer de territorios muy amplios para su hábitat.

Extraído del índice de bestias Parte I

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