-Cuidado con separarse mucho,
recuerden que no tenemos la ayuda de Onon acá.
Los grupos se esparcieron en dos
sectores, el grupo de Andrea comenzó a recorrer el mismo barrio, en tanto el de
Jarso se dirigió hacia noreste con la intención de explorar un extenso bosque
que circundaba el cerro Santa Lucía en Ra’lla a la vez que subir a su cumbre
para tener una mejor panorámica. En tanto comenzaban a investigar, recibieron
la visita de Amanísara y Fattus.
Era siempre alucinante ver a Amanísara
hacer uso de sus habilidades ikghurianas, su figura alargada se desdibujaba
ligeramente y crecía aún más, a la vista parecía fluctuar entre estar y no
estar ahí, sólo permanecía vívido su cabello, el cual se alborotaba ingrávido.
Al acercarse y disminuir su velocidad, el espectro lentamente volvía a revelar
su espléndida y delicada figura, y sobre sus intensos ojos verdes caía
suavemente su melena café grisácea. Junto con ella se aproximaba Fattus en
ligeros saltos, siempre cuidando disminuir muy lentamente su momento. Fattus
era especialmente cuidadoso, su habilidad no era otra cosa que un excepcional
control sobre su musculatura lisa, sin embargo ello también era su peor riesgo
y lo sabía de muy cerca. Su padre, de quien había heredado la habilidad, se lo
había advertido desde pequeño, el excesivo poder que podían ejercer sus
músculos era demasiado para su cuerpo, las extremidades paralizadas de su padre
no eran siquiera necesarias para creerlo, Fattus había sentido repetidas veces
estar a punto de destrozar sus propios huesos ante súbitas alteraciones
emocionales. Esto lo mantenía en un constante estado de alerta, nunca consideró
su habilidad como algo positivo, sin embargo no había forma de escapar de ella,
era mejor aprender a controlarla lo mejor posible, al menos le permitía
desplazarse a grandes velocidades sin cansarse, siempre que tomara las
precauciones necesarias.
-Ya hemos cubierto unos 5
kilómetros a la redonda y no hemos encontrado nada.
Sokario no había regresado con
ellos porque era el único humano de los tres, él simplemente gozaba de un
excelente estado físico y era capaz de correr una maratón sin mayor dificultad.
-¿Cuánto crees que pueden cubrir
en las próximas dos horas?
-Unos 50 kilómetros, pero si nos
concentramos en focos urbanos podríamos abarcar hasta 300 kilómetros.
-Ya. Que Sokario registre los
bosques y los montes cercanos. Ustedes hagan eso.
En primera instancia, varios
togas reportaron a Calia, que efectivamente el color del cielo les parecía
ligeramente más azul que de costumbre. Para ella esto hacía inclinar
inmediatamente las suposiciones hacia la idea de que se encontraban en una
tercera dimensión paralela, y no en un tiempo o fenómeno distinto dentro de
Ra’lla mismo.
En las afueras, Jarso recababa
algunos datos similares. En primer lugar la temperatura era perceptiblemente
más alta que en Ra’lla para la misma época del año, lo cual habían establecido
por la posición del sol. Por otra parte encontraron una menor población de
coralis que la existente en Ra’lla, y estos mismos eran de menor tamaño en este
paralelo. A Andrea le pareció significativo el hecho de que allí también
hubiesen coralis, más que el hecho de que fueran ligeramente distintos a los de
Ra’lla. Con todos esos datos era sensato asumir que se encontraban en una
dimensión distinta, aunque evidentemente más cercana a Ra’lla que a la Tierra.
Dentro del barrio, todo era igual
que en el barrio Nueva York de Ra’lla, las únicas diferencias que pudieron
encontrar fueron la falta de la Grieta en el callejón, y que el laboratorio
oculto en la zapatería se encontraba completamente vacío. De todas formas
estuvieron de acuerdo en que el simple hecho de existir ese laboratorio y el
galpón de industrias Vaco eran coincidencias importantes. Aunque el galpón
había quedado completamente destruido, por lo que no había forma de
contrastarlo con industrias Vaco.
De todas formas, seguían sin
ninguna hipótesis que pudiese explicar la carencia de seres humanos en ese
lugar.
Todo parecía indicar que la
apertura en ese lugar era azarosa y que no tenía mayor conexión con las
distorsiones espaciales en Ra’lla, hasta que finalmente volvieron Amanísara,
Fattus y Sokario, este último portando un objeto particularmente revelador.
En sus manos sudorosas cargaba un
periódico en perfectas condiciones.
-Lo encontré en la cabaña de
Auron, supuse que podía ser de utilidad. Por cierto, la cabaña estaba igual que
como la dejamos, lo único que no había en ella era Auron. Pero incluso las
piedras y los troncos que usamos afuera, estaban ahí.
Amanísara y Fattus no reportaron
nada nuevo, confirmaron que el paisaje y las urbanizaciones cercanas coincidían
a grandes rasgos con las de Ra’lla. De todas formas los ojos de Andrea brillaban
ante el hallazgo de Sokario, adivinaba en éste las respuestas a preguntas que aún
no había siquiera formulado.
-Perfecto. ¡Bien hecho! Vamos a
volver a Ra’lla ahora a analizar los datos.
Jarso observaba alrededor supervisando
que todos volvieran al túnel y registrando la posibilidad de haber obviado algún
elemento crucial. Andrea entre tanto afirmaba el conjunto de papel como un objeto
precioso, como si tuviera en sus manos un gran molusco extraído del fondo del
océano y no queriendo arruinar el destino de la perla que esperaba hallar
dentro de él, lo guardaba cuanto más le permitieren sus ansias.
Finalmente llegaron todos a los campos
de coralis, donde un monumento improvisado con piedras blancas recordando el
deceso de Zóhoro, servía también de punto de encuentro para los togas. Acordaron
que la dimensión paralela era sorprendentemente coincidente con Ra’lla, algunos
togas incluso se inclinaban a suponer que la apertura se encontraba en la misma
dimensión, y que las pequeñas discrepancias debían tener otra explicación.
Otros coincidían en que debía tratarse de una dimensión parasitaria de Ra’lla
en la que no existían habitantes y sin embargo todo lo que ocurriese en Ra’lla
repercutía sobre ésta. Mientras se discutía al respecto, Andrea examinaba el
periódico, aunque apenas unos segundos le habían bastado para vivenciar la
epifanía obvia: la apertura de túnel grieta tomaba lugar exactamente en la
misma Ra’lla que ellos habitaban, sólo que algunos meses después.
- “Nuevas cartas entre Grupo Vaco
y ERA salen a la luz” es el titular, la bajada agrega “Vaco desmiente cualquier
conexión con los grupos extremistas.”, la fecha es del 31 de diciembre de 1541.
A los togas tampoco les hizo
falta más que la breve lectura de Andrea, la coincidencia de nombres era
demasiado grande. La apertura en Nueva York tomaba lugar en la misma dimensión,
sólo algunos meses en el futuro, en 1542. Sin embargo, aún carecían de hipótesis
que explicaran cómo el lugar había llegado a quedar despoblado, sólo tenían una
fecha: víspera de año nuevo. Por otra parte se abría una nueva arista
alarmante, al parecer en un futuro cercano se develaría una conexión entre
industrias Vaco y grupos terroristas en Asia; al menos contaban con esta
información anticipadamente, eso les permitiría alguna ventaja al actuar.
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