Hice algunos comentarios en la universidad para buscar una explicación. No podía preguntar "a alguien le ha pasado que cruza un portal a otra dimensión", pero al menos pedí opiniones sobre dimensiones paralelas y sucesos paranormales, fue interesante descubrir que de hecho varios compañeros tenían impresiones qué compartir al respecto. Entre tanto hice un comentario sobre lo bonito que es la calle Nueva York, a ver si alguien hacía alguna mueca que lo delatara, sin embargo mi comentario pasó inadvertido, probé la misma fórmula varias veces y jamás ocurrió nada. No me daba miedo usar esa fórmula, ya que la pregunta "dimensiones paralelas" no tenía nada de raro como inquietud filosófica, y nadie podría notar mi interés en relacionarla con ese lugar específico, no a menos que lo hubieran vivido en carne propia, en cuyo caso no estaba loco. Sin embargo no ocurrió, eso me permitió concluir que yo era el único que estaba cruzando el portal, entonces lo obvio era preguntarme por qué. Podía ser algo que yo estaba haciendo, podía ser algún objeto, material, o conjunto de ellos que estuviese llevando conmigo, podía ser alguna característica mía no perceptible para el ojo humano, lo único que quedaba descartado era que fuera una condición ambiental y que justo en mi paso por el lugar se dieran las condiciones. El hecho de que a nadie más le hubiese pasado indicaba que las probabilidades de caer en condiciones ambientales eran prácticamente nulas para dos veces seguidas, a menos que la condición para cruzar el portal fuese haberlo cruzado antes, en ese caso podría aceptar que la primera vez la ínfima probabilidad hubiese sido mi única oportunidad, y que sólo eso me permitiese seguir cruzando. Sin embargo nada me aseguraba que volvería a llegar a ese lugar.
En cualquier caso, tomando los argumentos físicos de mis amigos respecto a dimensiones paralelas, la mayoría de estos raciocinios no tenían sustento. Esto me dejaba con algunas opciones, desde lo más probable hasta lo más descabellado:
1) Se trataba de nada más que sueños, lo había soñado y por alguna razón estaba tomando mis sueños por realidad.
2) Coincidencia, Calia era real, Albers también, el gordo también, simplemente había tenido la suerte de conocer a estos extraños sujetos en ese lugar, y sus excentricidades no eran más que eso, excentricidades.
3) Todo se trataba de una alteración en mi cerebro que me estaba haciendo alucinar o inventar recuerdos que en realidad no ocurrieron. En otras palabras, estaba loco, probablemente algún tipo de esquizofrenia paranoide que me tenía envuelto en una especie de historia sobre una realidad alterna para escapar de la realidad.
4) Era todo un único sueño, en realidad aún no había despertado, desde el día que conocí a Calia.
5) Estoy en una de esas tinas de gel a temperatura corporal en los que en ausencia de estímulos uno alucina y a los encargados se les olvidó sacarme.
6) Reservé este espacio para las explicaciones alternativas posibles que no se me hubiesen ocurrido.
7) Es hora de aceptarlo, los portales son reales, al interior de la calle Nueva York, efectivamente, hay una dimensión paralela.
De una serie de posibilidades ridículas, que se tratara de una dimensión paralela era la más impensable de todas, y sin embargo no podía ser ninguna otra opción, ninguna otra tenía sentido realmente, a este punto ya había descartado todas las demás. Tenía que ser todo real de alguna forma, de lo contrario habría vacíos en la historia, o inconsistencias en mis recuerdos, con eso sólo podían ser la segunda y la séptima opciones. Sin embargo tenía que ser honesto conmigo mismo y descartar la segunda, desde los nombres hasta sus actitudes, no podían ser simplemente inusuales, tenían que ser de un lugar distinto.
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