-Disculpa, ¿dónde compraste esos zapatos?
-En el H&M, creo, ¿por qué?
-Es que me gustan, pero nunca se me había ocurrido usarlos porque los venden sólo para mujer.
-Soy trans.
-Buena.
-Me llamo Nadia.
-Mucho gusto. Oye, ¿y tienen en tallas grandes?
-No me acuerdo, los compré hace como dos años.
Recién ahí caí en la cuenta de que estaba hablando con una mujer. Pero no importaba, ya había conquistado el indómito territorio psíquico del zapato unisex de mujer, ahora sólo resta encontrar la talla. Ya nada puede detenerme.
PS: ¿El título? Nada más que una desafortunada consecuencia de los tiempos modernos, feminismo y lenguaje inclusivo.
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