Se les suele llamar sirenas por su aspecto
ligeramente antropomorfo. La piel del abdomen es blanquecina distinguida
claramente del resto de su cuero azul, muy similar al de las tunas marinas.
Cuenta con una aleta dorsal de unos veinticinco centímetros y la aleta mayor en
su cola que puede superar el metro y medio de longitud. Sus similitudes con el
ser humano se reducen nada más que a dos aspectos. Por una parte las
extremidades laterales, dos miembros muy parecidos a brazos con manos
funcionales, con los que pueden tomar y manipular implementos, aunque no se tienen
registros de que sea capaz de fabricar utensilios por sí mismo; por otra parte
la cabeza, en la que destaca una gruesa y tiesa cabellera, cuyo color puede ser
de la misma gama que el visto en una persona, salvo por el naranjo, es decir,
puede ser bien rubio, castaño, oscuro, o incluso, raramente, albino. Sus rasgos
faciales también guardan cierta similitud con los humanos, salvo por la nariz y
las orejas, sus ojos pequeños en comparación al gran tamaño de su cráneo
conservan las dimensiones de un ojo humano, y su hocico se asemeja a una gran
boca alargada con gruesos labios carnosos de verde pálido. Puede medir hasta
cuatro metros de longitud y su peso rara vez supera los doscientos kilos Su
alimentación es variada, se le considera omnívoro, aunque se ha observado una
eminente inclinación hacia la carne.
Extraído del índice de bestias Parte I
Extraído del índice de bestias Parte I
No hay comentarios.:
Publicar un comentario