-Soy Andrea, y vengo del mismo lugar que tú… probablemente.
-¿Providencia?
Sonrió.
-Já, no, Ñuñoa.
-¿Ah sí? Pero parece que llegaste bastante antes que yo.
-Sí, llevo casi un año aquí.
Así que finalmente alguien podía decírmelo concretamente, estábamos en
otra dimensión. Andrea había llegado a Ra’lla de la misma forma que yo,
paseando por el centro de Santiago sin saber cómo, el barrio Nueva York se
había convertido en algo distinto. Sin embargo había una diferencia, ella no
podía volver. Había buscado la forma y no la encontraba. Le comenté cómo era el
asunto para mí, pero ella ya había pasado por ahí varias veces y seguía aquí.
Andrea conoció a Calia en este mismo barrio y entre ambas especularon
sobre el extraño suceso. Calia por su parte no estaba tan sorprendida, le
comentó que hacía un tiempo habían comenzado a manifestarse ciertas
distorsiones espaciales.
Incurrí.
-¿Como cuáles?
-Como donde estamos, por ejemplo. ¿Dónde crees que estamos?
-En un espacio abandonado en el segundo piso del edificio de oficinas.
Pero parece una trampa, ¿acaso me equivoco?
Retrocedió un poco y con cautela retiró un trozo de cartón de una
muralla.
-Mira.
En realidad no sé qué fue lo que vi, calderas y máquinas, por cierto,
pero no tenía idea de qué tipo de industria se trataba. En todo caso teníamos
la vista de un espacio interior gigante en el que algo se estaba produciendo
con líquidos de varios colores llamativos. De cualquier forma, definitivamente
no estábamos en el edificio de oficinas en el barrio Nueva York de Ra’lla, esto
ahí no cabía.
-¿Estamos en una industria de tinturas? Pero, cómo… Hm. Creo que ya
entiendo lo que dices. ¿Pero cómo?
Se apresuró a tapar nuevamente con el cartón.
-Podría ser. El punto es que estamos lejos. Lejos, pero en Ra’lla
todavía.
La luz azul era la principal distorsión de la que Calia hablaba, este
tubo de luz azul funcionaba como un continuo en sí mismo, pero no en la
geografía real, ya que conectaba distintos lugares del planeta como si
estuvieran muy cerca. La otra distorsión importante, era una que conectaba
Ra’lla con la Tierra.
Andrea recorrió Ra’lla varias horas sin entender dónde estaba ni cómo
había llegado ahí. Pidió direcciones, pero nadie parecía saber cómo llegar al
lugar que buscaba. Al principio asumió que la habían drogado y que se
encontraba en otro país, Colombia o México, se le ocurrió pensar. Pero
lentamente se le hizo innegable el hecho de que se había transportado a un
lugar, o de una forma, aún más inaudita. Reflexionó y concluyó que el último
lugar conocido en el que había estado, había sido la calle Nueva York. Decidió
volver y explorar el lugar, ahí conoció a Calia.
-Desde entonces que estoy con los togas.
-¿Togas?
-Dicen que usan toga porque es más cómodo, no les creo nada, para mí que
son una secta rara. Pero el punto es que están investigando las distorsiones
espaciales, así que trabajo con ellos porque parece que es la única forma de
volver.
-¿Y por qué tan escondidos?
-Los togas sospechan que las distorsiones espaciales no son coincidencia,
creen que hay algún tipo de conspiración detrás. De hecho hemos establecido una
relación entre varios de los lugares en los que tiene salida el túnel grieta
con las distorsiones. Por ejemplo esta fábrica, pertenece al grupo Vaco…
-Vaco, me suena…
-Lo habrás leído en el diario. Es una empresa importante en Ra’lla,
industria farmacéutica. Han desarrollado tecnología muy exótica, están metidos
en clonación y ese tipo de cosas. No sabemos exactamente qué hacen aquí, pero
tiene que ver con genética, y hemos notado que mientras más líquido azul usan, las
distorsiones disminuyen, mientras que cuando usan líquido naranjo, que no es
siempre, las distorsiones se acrecientan.
-¿Y cómo miden eso?
-Se puede ver de varias formas, por ejemplo el túnel grieta, cuando
aumenta la distorsión se vuelve más luminoso, y algunas veces se abren salidas
nuevas. Siempre estamos atentos a salidas nuevas, algunos sectores oscuros del
túnel a veces se iluminan como si alguien iluminara con una linterna desde el
otro lado de una tela gruesa, generalmente esos son puntos en los que se va a
abrir una salida nueva. Ahora estamos poniendo ojo en un lugar que no se había
encendido antes, y que se encendió un día en que hubo casi puro líquido azul,
lo que es muy raro.
-Pero ya llevas un año aquí…
-Yo obviamente lo primero que propuse fue mandar cartas, poner quejas,
ese tipo de cosas. Pero la legislación acá es distinta, es troglodita. Las
empresas tienen la libertad de experimentar con lo que se les dé la gana, por
eso en Ra’lla hay tres empresas principales, y esas son la ley al final. Una de
esas es el grupo Vaco.
-Bueno, pero de todas formas deberías probar volver conmigo. Si yo vuelvo
sin problemas, quizás si vas conmigo puedas volver.
-Veámoslo.