sábado, 21 de junio de 2008

Tan cerca, pero tan lejos...

Cuando el Amaro se acercó a decirme algo y Primo no podía contenerse la excitación temí que me fueran a decir exactamente lo que quiería escuchar. Por suerte después les borraron la lengua.

Henos aquí sufriendo y gozando vidas paradas ante la grieta sin atreverse a cruzar. Lo único que nos une a través de ella es un abrazo casi incómodo. Imposible quererte, esto es algo distinto, ¿cómo sucedió?

Me paré sobre el faro porque la niebla no me dejaba respirar, dispuse la mano sobre los ojos como si sirviera de algo y busqué sin saber qué. Un barquito de papel navegado por la más noble tripulación buscaba donde toar, abrí mis brazos, hice señas y esperé. Y llegó a mis manos el tesoro que había en él.

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