martes, 8 de abril de 2008

Composición delirante

Esto lo hago para taller. Sin embargo si no fuera por ciertas razones omitidas, no lo estaría escribiendo acá. Igual no es pa q lo lean (Igual nadie lee). Supongo que tendrá algo así como un 30% de sentido. However, se convertirá en un caligrama alternativo.

Vértigo. Lo habrá sentido el viajero blanco moteado, yo me paro frente a tu corazón y grito. Caminar buscando nada y de pronto correr a estrellarme con cuanta muralla encuentro. Varios libros que son pasado me hablan de ti, y yo no puedo ni hacer eso ni hablarte, hoy no. Mañana no. Cuánto hay que esperar para decir que la espera fue en vano. Entonces quererte o querer a otra, o temer cualquier cosa. Todo se fuga junto al vagón de metro en el que no vas tú, no va tu piel indecisa, no van tus labios soberbios, no van tus ojos impetuosos, no va tu nariz presumida, no vas ni tú, ni ninguna de las que podrías ser. Tantos son tus rostros en mi vida y ninguno me quiere ver en el patético momento que no sabes que existe y que para mí incluye toda la historia que me gustaría escribir. No estás. Y aunque no te pedí que estuvieras, aunque no te avisé, aunque corrí para no verte, ¿no será que no estás porque no quieres? Después de todo es cierto que uno intercambia casi todo excepto el corazón, el corazón se regala. Y cuando lancé el mío por la ventana esperando que lo tomaras tú, antes pasó un auto y lo atropelló. Quizá no. Cómo saberlo cuando no se sabe ni a quién saludar. Quiero verte altiva y despreocupada sin saberme, quiero verte cruzar la calle sosteniéndote el pelo que se vuela con los gases estancados sin existir, y olvidarte. También quisiera caer en todo delirio inconciente, ser un desadaptado desvariando y buscarte, acosar tu mente confusa de amor y miedo y así, sin lógica alguna, conquistarte. Morir sin saber que eres mía, pero tenerte. No dejo de pensar en que estoy viviendo todos esos sueños. Y puede ser, puede ser que como pensé, al principio el reino de los cielos se nos hizo poco, puede que sólo yo estuviera soñando, puede que me haya confundido. Probablemente luego las cosas cambiaron, mejoraron, empeoraron, o siguieron igual, es posible que hasta hayas olvidado el principio del día anterior. Pero ahora, cuando yo me lamento, grito dentro de mí desde un infierno de combustión interna, nada es certero y todo lo pasado es más onírico que efímero. ¿Podría quererte si te quiero? El llanto que a estas alturas se evapora quemándome los ojos y deja cicatrices contra la gravedad en mi frente, mi techo y el cielo, sólo es una invención del tiempo. Es el montaje de un recuerdo vago o más bien el anhelo de tenerlo, el deseo de olvidar. Olvidarte. Pero dime tú, que no sabes nada, que no sabes que mis emociones vienen y van sin razón. ¿Haría bien en olvidarte? O al menos en olvidarte sin tener un recuerdo para borrar más que el Post-it del augurio pegado en mi pecho.

Este trabajo es pal viernes, así q probablemente lo termine el jueves. Por ahora al menos no se me ocurre cómo más seguir.

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